jueves, 13 de octubre de 2011

Sobre el Amor

“Si yo tuviera una actitud espontánea ante el universo, seria una muy oscura.
La primera tésis debería ser una especie de vanidad total: básicamente, aquí no hay nada. Lo digo de forma muy literal: en definitiva, solo hay fragmentos de las cosas que desaparecen. Si miras el universo, verás un gran vacío. Pero entonces: ¿Cómo emergen las cosas? Aquí siento una afinidad espontánea con la física cuántica, en donde como saben, la idea es que el universo está vacío, pero con una especie de vacío “cargado positivamente”, en donde las partículas aparecen cuando el equilibrio del vacío se ve perturbado.
Y a mi me gusta mucho esa idea de la espontaneidad, según la cual, la realidad es la nada… las cosas están ahí por un terrible error. Quiere decir que lo que llamamos “creación”, es una especie de desequilibrio cósmico, es una catástrofe cósmica, que las cosas existen por error.
Y estoy preparado para ir hasta las últimas consecuencias y afirmar que el único modo de neutralizarlo es asumir ese error e ir hasta el final. Y nosotros tenemos un nombre para eso: se llama “amor”. ¿No es el amor, precisamente, una especie de desequilibrio cósmico?
Siempre he sentido cierta repugnancia hacia esa noción del “amor universal”, del “yo amo al mundo”. A mi no me gusta el mundo. No sé como, no puedo… básicamente estoy entre un “yo odio al mundo” y un “me es indiferente”. Pero el conjunto de la realidad simplemente “es”, está ahí afuera, es estúpido… no me preocupa.
El amor es, para mí, un acto extremadamente violento. “Amar” no es “los amo a todos”: amar es seleccionar algo. Y ahí está de nuevo, la estructura del desequilibrio. Aún cuando esto sea un pequeño detalle, una frágil e individual persona… si digo “te amo más que a cualquier cosa”: en ese estricto sentido formal, el amor es malo.”

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