jueves, 26 de enero de 2012

El infierno del Insomnio I


A veces no puedo evitar sentir vacua toda existencia. Observo atónito, angustiado y con aversión el devenir de la humanidad, el comportamiento cada uno de los seres que habitan este mundo. No concebimos la irracionalidad que radica en el hecho de existir. Vivimos por un impulso macabro. Amamos el sufrimiento, por eso preservamos la vida, la tratamos como el bien más preciado. Nos gusta extender la agonía el mayor tiempo posible, mintiéndonos, elucubrando imágenes fictas de una existencia placentera, de una vida plena. La conciencia del dolor se encuentra latente, la existencia es trágica. Si pudiésemos cuantificar el dolor humano, por cada segundo de eso que llaman felicidad, tendríamos en equivalencia eones de penurias.
____________________________________________________________________________
Recurrir al suicidio es una escapatoria, podrían decirme. Pero no. Todos somos conscientes de que la muerte es el inicio del eterno silencio, y ninguno de nosotros está dispuesto a pagar ese precio para abandonar el suplicio de la vida. Aquellos deciden finalizar con sus vidas, cuya voluntad se orienta a la aceptación de una eternidad en la no existencia, son los verdaderos héroes de nuestra historia. Aquellos que deciden partir por verse ahogados por el sufrimiento del mundo, no son más que seres débiles e ilusos que creen que en otro mundo esta la escapatoria. Yo tan sólo soy un cobarde que se aferra a lo ilusorio. Y si bien mi aversión a la vida se encuentra latente, mi miedo al silencio evita que tome una postura heroica.
____________________________________________________________________________

Por momentos me pregunto, cuando observo a los creyente, ¿Por qué no se matan? Si al fin y al cabo, ellos creen que más allá de la vida se encuentra el paraíso. Si anhelan tanto llegar a él, si su real intención es llegar a el, deberían renunciar a sus vidas, pero, a contrario sensu, se aferran a ellas. Inconscientemente saben que la creación de la idea de una vida en el más allá es una excusa para dotar de sentido la existencia.